La terapia de ondas de choque es un tratamiento médico no invasivo que utiliza ondas sonoras de alta energía para estimular la regeneración y reparación de tejidos. Es especialmente efectiva en el tratamiento de lesiones musculoesqueléticas crónicas, como tendinopatías, fascitis plantar y calcificaciones en los tejidos blandos.
¿Cómo funciona?
Las ondas de choque se generan mediante un dispositivo especializado y se dirigen a la zona afectada. Estas ondas:
Estimulan la circulación sanguínea: Mejoran el flujo sanguíneo local, lo que facilita la llegada de nutrientes y oxígeno a los tejidos lesionados.
Promueven la regeneración celular: Activan los procesos naturales de reparación del cuerpo, favoreciendo la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis).
Reducen el dolor: Interrumpen las señales de dolor al sistema nervioso y disminuyen la inflamación en la zona tratada.
¿Para qué condiciones se utiliza?
La terapia de ondas de choque es muy útil para tratar:
- Fascitis plantar
- Tendinitis del manguito rotador
- Codo de tenista (epicondilitis lateral)
- Calcificaciones en tendones
- Lesiones por sobreuso en deportistas
Ventajas de la terapia de ondas de choque
- No invasiva: No requiere cirugía ni anestesia.
- Rápida: Las sesiones suelen durar entre 15 y 20 minutos.
- Eficaz: Estudios clínicos demuestran una alta tasa de éxito en el alivio del dolor y la mejora de la función.
¿Qué esperar durante el tratamiento?
El procedimiento es simple y seguro. Durante la sesión, el terapeuta aplica un gel en la piel para facilitar la transmisión de las ondas. Luego, posiciona el aplicador sobre la zona a tratar. Es posible sentir una leve molestia, pero no suele ser doloroso.
Conclusión
La terapia de ondas de choque es una opción moderna y efectiva para quienes buscan alivio de lesiones crónicas sin recurrir a tratamientos invasivos. Consultar con un especialista es fundamental para determinar si este tratamiento es adecuado para ti.