La vitamina D juega un papel fundamental en la salud ósea y muscular, especialmente en atletas y personas activas. Su función principal es facilitar la absorción del calcio, esencial para mantener huesos fuertes y prevenir fracturas. Además, contribuye a la función muscular, reduciendo el riesgo de lesiones y optimizando la recuperación.
La deficiencia de vitamina D es común, especialmente en quienes tienen poca exposición al sol o una dieta inadecuada. Esto puede derivar en fatiga, debilidad muscular y una mayor predisposición a fracturas por estrés. Para evitarlo, es clave incluir en la alimentación fuentes como pescados grasos, huevos y productos fortificados, además de considerar suplementos en caso de necesidad.
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